
Judías: ¿qué valores nutricionales contienen las legumbres?
Forman parte de una dieta sana desde siempre y en los últimos años han experimentado un renacimiento: las alubias, con todos sus beneficios nutricionales. Porque estas vainas verdes son mucho más que un aburrido guiso de alubias. Descubra aquí por qué merece la pena fijarse en las alubias y cómo prepararlas de forma segura y deliciosa.
Tiempo de almacenamiento*
| Cajón BioFresh Fruit & Vegetable justo por encima de 0 °C con alta humedad | 11 días |
| Cajón EasyFresh 7 °C con placa de regulación de aire | 6 días |
| Compartimento frigorífico 7 °C | 5 días |
| Compartimento congelador -18 °C | 15 meses |
Los puntos clave
- Diversidad de variedades: desde judías verdes hasta soja, cada variedad tiene su propio sabor y usos.
- Nutrientes: las judías aportan proteínas, fibra, vitaminas y sustancias vegetales secundarias.
- Importante: las judías crudas contienen fasina y son perjudiciales para la salud.
- Consejo: las alubias saladas o secas reducen las flatulencias.
Alubias: valores nutricionales y sabor de un vistazo
Debido a su reputación como buen proveedor de energía y proteínas, las legumbres y las alubias en particular son muy populares. Se han ganado con justicia esta reputación, porque las judías son una verdadera fuente de fuerza. Tienen una proporción equilibrada de proteínas, hidratos de carbono, fibra, vitaminas y minerales, lo que las hace muy nutritivas: según la variedad, las judías aportan unas 80-90 calorías, 6-9 gramos de proteínas, unos 14 gramos de hidratos de carbono, apenas grasa y mucha fibra y vitaminas del grupo B por cada 100 gramos. Esto los hace especialmente atractivos para una dieta equilibrada basada en plantas. Las vainas verdes también tienen un efecto antimicrobiano. Ayudan a regular la función intestinal y también son buenas para el estreñimiento por su alto contenido en fibra. Además, reducen el colesterol y los niveles de azúcar en sangre. Contienen sustancias vegetales secundarias inhibidoras del cáncer, como flavonoides y saponinas. Otra característica especial es que las judías son saludables tanto para el ser humano como para el suelo. Esto se debe a que las raíces de las leguminosas pueden entrar en simbiosis con bacterias que fijan el nitrógeno del aire, enriqueciendo así el suelo. Así se ahorra abono.
Según la variedad, las judías tienen un sabor suave a nuez, fuerte o ligeramente dulce, y su consistencia va de tierna a harinosa. Sin embargo, el alto contenido en fibra no sólo tiene ventajas: las personas sensibles pueden experimentar flatulencias tras su consumo. Esto se debe a los componentes vegetales no digeribles que se fermentan en el intestino. Las alubias se hacen más digeribles añadiendo un condimento de verano o comiendo alubias secas que hayan estado en remojo.

Alubias: valores nutricionales excepcionales y una delicia cuando se preparan correctamente
¡Nunca comas judías crudas! Las judías son venenosas cuando están crudas, ya que están clasificadas como plantas venenosas. Las semillas y las vainas de la judía verde contienen fasina. Este compuesto proteínico hace que los glóbulos rojos se peguen entre sí e inhibe así el transporte de oxígeno en la sangre. Su consumo crudo puede provocar dolores cólicos, vómitos y diarrea. En casos extremos, la intoxicación puede ser incluso mortal. Además, el ácido prúsico se encuentra en algunas variedades de judías, como la de Lima y la gramínea negra. Como se libera durante el remojo y la cocción, el agua de remojo y cocción debe verterse siempre para estos dos tipos de judías.
Sin embargo, si se cuecen bien, no hay peligro de intoxicación. Las alubias se cuecen al vapor, estofadas o en agua con sal. Pero no demasiado tiempo, porque no deben empaparse. Las proteínas tóxicas se destruyen al calentar las judías.
Algunos tipos de judías deben remojarse para que sean comestibles. Esto es especialmente cierto en el caso de las judías secas. Las judías deben colocarse en agua fría estancada y clasificarse. Los granos malos flotan en la parte superior y se pueden pescar fácilmente. La mayoría de las semillas tienen que remojarse durante doce horas, lo que resulta más fácil si se hace de un día para otro. A continuación, se cuecen las alubias durante un máximo de dos horas, dependiendo de la variedad.
Por cierto, no hay que tener miedo a calentar los platos de alubias. La vieja sabiduría culinaria advierte contra esto, pero sólo es cierto en parte. En aquella época, había menos posibilidades de enfriar rápidamente los platos tras su preparación. Esto ya no es así. Siempre que enfríe rápidamente los platos después de cocinarlos en un frigorífico, podrá consumir los alimentos sin dudarlo los días siguientes.
*Todas las especificaciones indicadas deben considerarse como valores orientativos y dependen en cada caso del tipo de alimento y del almacenamiento adecuado sin interrupción de la cadena de frío desde la cosecha/producción hasta el electrodoméstico Liebherr. En caso de que los productos alimenticios tengan información sobre la fecha de caducidad mínima, siempre se aplica la fecha que figura en el envase.


