
Amaranto: semillas llenas de valores nutritivos
El amaranto, pseudocereal, se está abriendo paso lenta pero inexorablemente en los supermercados convencionales. Este cultivo ancestral de coloridas flores moradas no sólo es versátil desde el punto de vista nutricional, sino que también puede utilizarse como alternativa a diversos cereales. Sigue leyendo para descubrir qué valores nutricionales hacen del amaranto un auténtico cereal energético.
Los puntos clave
- El amaranto es un pseudocereal rico en nutrientes originario de Sudamérica, donde fue alimento básico de incas y aztecas.
- Contiene muchas proteínas, incluido el aminoácido esencial lisina, así como ácidos grasos insaturados de alta calidad e importantes minerales como hierro, magnesio y calcio.
- Sin gluten y con múltiples usos: por ejemplo, como guarnición, en el muesli o como postre.
- Conservación una vez cocido: en un recipiente cerrado en el frigorífico.
- El amaranto no es recomendable para los niños pequeños porque contiene antinutrientes como saponinas y taninos.
Amaranto: utilizado por los pueblos indígenas de Sudamérica
Los orígenes del amaranto se remontan a hace unos 5.000 años. En Sudamérica, era uno de los alimentos básicos de los pueblos azteca, inca y maya. A partir de ahí, este grano milagroso se extendió y ahora es un cultivo muy conocido y utilizado en todo el mundo. Existen casi setenta variedades diferentes de amaranto. La planta amarantácea tiene aún más que ofrecer. No sólo el grano es comestible, sino que las hojas de cada variedad también constituyen una deliciosa verdura. En cuanto al sabor, las hojas se parecen a las acelgas o las espinacas.
Las pequeñas semillas se parecen mucho a las del mijo. En cuanto al sabor, el grano impresiona con un ligero gusto a nuez y cereal.

El amaranto y sus valores nutricionales para el organismo
En cuanto a sus valores de macronutrientes, el amaranto tiene un impresionante contenido en proteínas, que con unos 14 gramos por cada 100 gramos es incluso superior al del trigo. Mientras que todos los cereales estándar carecen del aminoácido esencial lisina, el amaranto presume orgulloso de tenerlo. Esto significa que la combinación del amaranto con otros cereales ayuda a conseguir un alto valor biológico.
Las grasas del amaranto también son de gran calidad Los ácidos grasos predominantemente insaturados de las semillas de amaranto también tienen propiedades antioxidantes. En términos de micronutrientes, también está repleto de minerales como fósforo, magnesio, calcio y hierro. El amaranto es también una gran fuente de fibra dietética digestiva y, en este sentido, es comparable en términos de contenido con el trigo. Así pues, el amaranto contiene muchos nutrientes saludables y unas 370 calorías por cada 100 gramos.
Sin embargo, el grano energético también contiene pequeñas cantidades de saponinas y taninos. En nutrición humana, pertenecen a los "antinutrientes", que tienen un efecto negativo sobre el sistema digestivo humano. Las saponinas provocan la descomposición de los glóbulos rojos, mientras que los taninos pueden impedir la absorción de nutrientes. La Sociedad Alemana de Nutrición (DGE) aconseja a los padres no incluir este pseudocereal en la dieta de los niños pequeños debido a los antinutrientes mencionados.
Amaranto: su efecto lo convierte en un multitalento en la cocina
El grano no contiene gluten, por lo que constituye una valiosa alternativa a los cereales convencionales. Las personas celíacas o con intolerancia al gluten pueden disfrutar sin preocupaciones de este pseudocereal rico en nutrientes. El amaranto sólo es adecuado para hornear de forma limitada, ya que la falta de gluten hace que la masa no se pegue.
El amaranto se cocina de forma similar al arroz. Es útil lavar y poner en remojo las semillas de antemano, ya que esto permite que los antinutrientes mencionados pasen más fácilmente al agua cuando se cuece el grano. Con el doble de agua, cocer las semillas durante media hora a fuego lento hasta que estén tiernas. Deja las semillas en remojo otros diez minutos y ya estarán listas para servir. Si prefieres un postre caliente, también puedes cocer las semillas de amaranto en leche y endulzarlas con sirope de arce, por ejemplo.
El amaranto debe almacenarse como los cereales, en un recipiente hermético y seco, a temperatura ambiente y, a ser posible, en un lugar oscuro. El amaranto ya cocido debe guardarse en un recipiente bien cerrado en el frigorífico y consumirse en 2-3 días.


