Efectos y nutrientes de la linaza

Cada semilla de lino se compone de aproximadamente una cuarta parte de fibra, una cuarta parte de proteínas y cerca de la mitad de ácidos grasos insaturados Omega-3 como el ácido oleico, el ácido linoleico y el ácido linolénico. Muchos de estos ácidos grasos son esenciales para el ser humano. Es decir, el organismo no puede producirlos por sí mismo y los seres humanos necesitan consumirlos a través de los alimentos. Los ácidos grasos omega-3 tienen un efecto positivo sobre la salud de nuestro corazón, poseen propiedades antiinflamatorias y ayudan al sistema inmunitario a mantenerse fuerte.

Estas semillas brillantes también son ideales para quienes desean perder los kilos de más. Se cree que este efecto se debe al alto contenido en fibra y mucílago de su cáscara. La fibra ayuda a que nuestros niveles de azúcar en sangre aumenten más lentamente y a que nos sintamos saciados durante más tiempo. El mucílago de las cáscaras se une al agua de los intestinos, hinchándose en nuestro interior y estimulando la digestión. Sin embargo, con algo menos de 500 calorías por cada 100 gramos, la linaza no es precisamente un peso ligero en lo que a contenido calórico se refiere.

Además de su buena composición, la linaza también tiene mucho que ofrecer en términos de vitaminas y minerales. Es una gran fuente de, entre otros, magnesio, zinc, hierro, potasio, las importantes vitaminas del grupo B B1 y B6, así como vitamina E. También compuestos vegetales secundarios como los lignanos están presentes en la linaza y su contenido puede incluso superar con creces el que se encuentra en cereales y legumbres. Por su estructura, los lignanos se consideran hormonas vegetales (fitoestrógenos) y se cree que ayudan a prevenir distintos tipos de cáncer, en particular el de mama y el de próstata.

Cuando se trata de semillas de lino saludables, puede elegir entre semillas enteras o molidas gruesas. Las semillas enteras suelen excretarse sin procesar tras su consumo. Por ello, recomendamos utilizar semillas molidas. Las sustancias que contienen pueden ser absorbidas más fácilmente por el intestino. Lo mejor es coger un paquete más pequeño y guardar las semillas en un lugar fresco después de abrirlas.

En el compartimento frigorífico de su electrodoméstico a 7 °C, las semillas de lino se mantienen frescas durante 180 días, mientras que a 20 °C de temperatura ambiente, sólo se mantienen frescas durante 90 días. El frío impide que los valiosos ácidos grasos omega-3 de las semillas trituradas se oxiden, lo que podría provocar un sabor salado y la pérdida de nutrientes importantes. El almacenamiento en frío ralentiza considerablemente el proceso de oxidación y garantiza que la linaza -incluso molida- se mantenga fresca, sabrosa y nutritiva durante más tiempo. Esto significa que no sólo se beneficia del sabor de la linaza, sino también de sus beneficios para la salud.