
Chufas: la bomba de nutrientes subestimada
¿Qué es una chufa? En España, la chufa en forma de bebida vegetal ya es muy popular, mientras que en otros países europeos no está nada extendida. Lea este artículo para descubrir los beneficios de la chufa, cómo utilizarla y cuál es la mejor forma de conservarla.
Los puntos clave
- Alto contenido en fibra para una buena digestión.
- Ácidos grasos predominantemente insaturados para un nivel de colesterol más bajo.
- Muchos micronutrientes beneficiosos, como vitamina E, potasio, calcio, magnesio y hierro.
- Guarde las chufas en un lugar fresco, seco y oscuro.
- Las chufas remojadas o secas son buenas para picar entre horas.
- La chufa puede utilizarse como aderezo de gachas, batidos, yogur y muesli, ensaladas o sopas, y también puede servir como sustituto de las nueces o la harina.
¿Qué son las chufas?
Las chufas también se conocen como "almendras de la tierra", un nombre que puede causar cierta confusión. A pesar de este seudónimo, las chufas no son almendras ni parientes de las almendras.
En cambio, se llama así a los tubérculos del tamaño de una avellana del coquillo amarillo. El sabor dulce y a nuez de la chufa recuerda al de las almendras.
Ya en la antigüedad se utilizaban a menudo como agente curativo y reconstituyente. A continuación se explican los beneficios específicos para la salud de las chufas en función de los nutrientes que contienen.
Los nutrientes de la chufa
Los valores nutricionales de la chufa varían mucho según el productor. Por ello, en el texto siguiente hemos utilizado valores medios.
Las chufas son especialmente populares por su alto contenido en fibra. Esto tiene un efecto positivo sobre la digestión y también tiene un efecto saciante. 100 g de chufas contienen aproximadamente 15 g de fibra.
Además, alrededor de una cuarta parte (24 g/100 g) de la chufa se compone de grasa, de la que los ácidos grasos insaturados constituyen la mayor parte. La composición de ácidos grasos es comparable a la del aceite de oliva. Por lo tanto, la chufa puede reducir los niveles de colesterol y tener un efecto positivo sobre el sistema cardiovascular.
El mayor componente de la chufa son los hidratos de carbono (45 g/100 g), de los que unos 17 g son azúcar. Esto convierte a los tubérculos en una fuente de energía de acción rápida.
En comparación con las almendras, el contenido en proteínas de las chufas es bastante bajo (5 g/100 g).
En total, la chufa aporta unas 460 calorías (kcal) por 100 g.
La chufa también contiene muchos micronutrientes beneficiosos. Entre ellos figuran, por ejemplo, la vitamina E, el potasio, el calcio, el magnesio, el fósforo, el hierro y el zinc.
¿Cómo se utilizan y preparan las chufas?

Las chufas frescas son demasiado duras para comerlas crudas.
Si se dejan en remojo en agua durante unas 24 horas, se convierten en un delicioso tentempié. Es importante cambiar el agua con regularidad y mantener las chufas en el frigorífico mientras están en remojo.
La chufa se suele comprar desecada o en forma de productos procesados como harina, copos, aceite y puré.
Las chufas secas pueden servir de tentempié entre comidas.
La harina de chufa es un buen sustituto de la harina de trigo o de espelta en panes o pasteles, ya que no contiene gluten. Por lo tanto, es una alternativa adecuada para las personas alérgicas.
Los alérgicos también pueden sustituir otros tipos de nueces por chufas sin perder el sabor a nuez del plato.
Los tubérculos pueden utilizarse universalmente como cobertura de gachas, batidos, yogur y muesli, así como en ensaladas o sopas.
El aceite comestible de la chufa contiene una elevada proporción de ácidos grasos monoinsaturados, similar a la del aceite de oliva.
Las cremas de turrón o el puré de chufas resultan especialmente deliciosos para untar o como cobertura de su desayuno favorito.
En España, la horchata de chufa es muy popular. Consiste en chufas preparadas y mezcladas con agua. Tradicionalmente se bebe puro o aromatizado con especias y esencias de frutas.
La horchata puede convertirse en helado.
Caducidad y conservación de la chufa
La chufa es la fruta más duradera cuando se seca. Pueden conservarse en un lugar fresco, seco y oscuro hasta dos años. Para ello, lo mejor es un armario de tu casa.
Si guarda las chufas en el frigorífico, es especialmente importante que los tubérculos no se humedezcan. Las chufas frescas pueden conservarse en el frigorífico durante varios meses.
Las chufas suelen venir envueltas en papel de aluminio o plástico cuando se compran. Debe retirarse para evitar que se forme humedad.
También puede congelar chufas. Asegúrese de que las chufas sean lo más frescas posible para que se conserven el mayor tiempo posible al congelarlas.
La congelación intensifica el sabor dulce de las chufas.
Congelar las chufas en un recipiente hermético.
Al congelar las chufas en porciones, es posible descongelar sólo la cantidad que se necesita.
Es mejor descongelar las chufas de un día para otro en el frigorífico.
Para conservar los distintos productos elaborados con chufa, consulte siempre las instrucciones del fabricante.


